Interrogaciones sobre el Derecho a la Vida
El multipremiado Director Mauro Molina, responsable de la dramaturgia y la puesta en escena de la obra “Eso que vos y yo llamamos plenitud” vuelve a explorar temáticas sociales poco frecuentes en el teatro y logra con recursos inusuales que el público se interrogue acerca de las convicciones que tiene en relación a la eutanasia.
La historia tiene como protagonista a una mujer de treinta años llamada María, quien tras un accidente automovilístico sufre un fuerte trastorno de sus funciones cerebrales con peligro de muerte y se encuentra hospitalizada en el mismo estado de salud desde hace cinco años. Sin embargo, no se trata solamente de la “crónica de una muerte anunciada” sino que el autor logra intervenir el drama para ofrecer diferentes niveles de re-lecturas.
Así, nos introduce en un espacio por muchos conocido: la sala de hospital o casa de salud, donde la protagonista María Viau es visitada en el día de su cumpleaños por Javier Pedersoli, su marido. La paciente se encuentra al cuidado de Valeria Tercia, la enfermera y de Gabriel Yamil, el medico de guardia asistencial, estos dos últimos personajes proponen con sus caracterizaciones una suma de frescura y desconcierto al espectador ya que nos ingresan en un grotesco criollo: llevando el tono de la comicidad y el drama. Aportan a la ficción el humor negro y la ironía.
Otro plano del relato es el que brinda el espacio para lo onírico, el mundo de la imaginación y fantasías de María, el universo surrealista donde nos revela sus deseos y conocemos su forma auténtica de pensar y sentir, desde allí nos pide, suplica y ruega intervenir para cambiar su futuro, repitiendo una y otra vez “desconectáme”. Se suma un personaje que habita, actúa y baila entre todos, Mauricio Borzone que es la totémica rata por descubrir, que utiliza la máscara de la excelente realizadora Valeria Dalmon.
Por último, Molina propone el juego de fusionar lo ocurrido en la escena con el recurso audiovisual, y lo hace un material de destacada edición técnica que proyecta imágenes de infancia, juventud y vida en pareja. Con gran acierto logra actualizar el pasado eternizado en los viejos videos, y combinar a través de este lenguaje momentos intensos llenos de vida que la protagonista añora revivir para gozar igual plenitud.
La obra propone hablar del placer del instante en el que una persona se siente dichosa y plena de vida pero eso es sólo lo aparente por debajo laten las preguntas… ¿la alimentación y la hidratación a un paciente son tratamientos humanos o médicos? y obliga a tomar una postura personal frente al acto de provocar intencionalmente la muerte de una persona que sufre, y aunque previamente ya la tuviéramos, la fuerte identificación con la protagonista que desborda en capacidad y oficio en su interpretación como también lo hacen sus compañeros en especial Gabriel Yamil, logran que busquemos apartarnos de la incomodidad que produce notar que este tema tan serio pueda abordarse con cruda ironía e incluso lograr que esbocemos sonrisas.
Muy buen trabajo actoral, con brillos que ponen en evidencia que los talentos personales si están bien dirigidos siempre suman al equipo, un texto provocador con algunas escenas que rozan lo obsceno que quizás son innecesarias porque resaltan lo que ya se entiende pero lo más destacado es que se nos invita a la reflexión conjunta de cómo el teatro sigue realizando aportes valiosos y de actualidad cuando se debate sobre la vida. Esto sucede cada jueves a las 21:30 en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960 y cuenta con música original.
El CAMARÍN DE LAS MUSAS - Mario Bravo 960 - 4862-0655
Publicado en: Espectáculos de Acá